El gobierno me convoca para cumplir con una Misión Especial

Posta. Te juro que se dice así "el gobierno me convoca para cumplir con una misión especial". Ja. Sacala.
A fines de agosto me llamaron para formar parte de un equipo de docentes y profesionales multidisciplinario que se haga cargo del área educativa del nuevísimo Memorial de la  Bandera del Ejército de Los Andes.

La Bandera del Ejército de Los Andes, es la bandera que hace 195 años usó San Martín para cruzar la cordillera y liberar América. Esa bandera estaba en la casa de gobierno de Mendoza sin las condiciones óptimas para su conservación, entonces hicieron este Memorial que es un espacio que cumple con los requisitos que necesita esta reliquia histórica y que, además, tiene como objetivo promover la figura del General don José de San Martín y sus campañas épicas.

Esta es la bandera que bordaron mujeres mendocinas  para el ejército de Los Andes.

Además de la bandera, el Memorial guarda y muestra al público dos estandartes realista. Son dos estandartes del ejército español que San Martín tomó después de vencer en la batalla de Chacabuco.

Estoy chocha, el lugar es divino, es como un museo todo de mármol y granito gris con un diseño súper moderno.

El lugar debe estar subterráneo por el tema de la luz. Donde están las banderas no debe llegar la luz solar, pero los  espacios en donde trabajamos sí tienen mucha luz del sol. Esas rampas que se ven a la izquierda son el acceso al Memorial.

La fuente tiene una escultura de Roberto Rosas:

El lugar es divino, repito, divino. Está en el medio del parque cívico de la capital de Mendoza, en frente de la casa de gobierno. Y mi tarea es crear, pensar, imaginar, escribir, producir material didáctico para las escuelas, eventos, charlas, capacitaciones, concursos, ciclos de lecturas y todo lo que se me ocurra (y sea viable presupuestariamente).
Me cambió la vida. En vez de cumplir con mis horas de clases, voy tres veces a la semana al Memorial y me junto con otros profes a pensar. Llego a mi casa y no tengo que corregir, planificar, preparar clases, nada. Y el sueldo es el mismo que recibo como profesora.
Igualmente me quedé con siete horas de clases, porque me daba cosa irme así tan radicalmente, me quedé con los dos cursos con los que más me encariñé, pero tal vez, el año que viene dejo completamente de dar clases. No sé.
Todo este cambio ha sido muy movilizante en lo personal como en lo doméstico: rediseñar el horario de toda la familia, reorganizar comidas, lavados, limpieza, reacomodarnos todos a mi nueva rutina, hacer una maratón de correcciones y planificaciones y materiales para dejar en los cursos en los que ya no voy a estar. Esto me impidió cumplir con mis obligaciones blogger, pero hoy vuelvo para quedarme y para ir a visitarlas (que aunque no haya dejado comentarios, las leo siempre).
Muchas gracias por la buena onda.

Y así es, un día somos profes de lengua y al otro estamos encargados del área de educación del Memorial de la Bandera del Ejército de Los Andes. Por lo pronto, yo sigo por acá, leyéndolas.
Buen lunes.