Corte y confesión

Ayer fui a la nutricionista y no sólo no bajé el kilo que me había propuesto, sino que me eché encima 500 gramos más. Es decir que hoy soy 1,400 kg más de persona que hace quince días.
Y yo sé porqué pasó esto. PORQUE NO ESTOY HACIENDO BIEN LAS COSAS. En una lista breve:

• Como toda la comida que me indica el plan (eso está bien),
• Como todo resto cosmetible que  ande por ahí: galletitas baboseadas de mi hija, culitos de leche chocolatada, la miga del pan que le sacamos al bollito para preparar el sánguche, los dos cucharones de sopa de fideítos que quedaron en el fondo de la olla, una medialuna con jamón y queso que andaba por ahí, todos todos todos los gajitos de mandarina que la nena dejó durante estos días...
• Empiezo a comer y no puedo parar. Como las porciones indicadas y un poquito más y después me tomo un café y me como otra fruta y me como una barrita de cereal y me como una cucharadas de semillas y me como otra fruta y me tomo otro café y pellizco un poco de pizza que sobró de anoche y me preparo el mate y ya se hizo la hora de volver a comer y...
• No he salido a caminar con la frecuencia que debería: sólo cinco veces en quince días.

Podría decir que la ansiedad me está matando, esa ansiedad atávica que hay en mí, podría decir que ando medio nerviosa porque la guita no alcanza, porque está lejos el proyecto de empezar a construir, porque el auto está en el mecánico otra vez. Podría culpar a mi mamá. Pero también sé que si mi mamá fuese adorable  y me hubiese heredado una fortuna con casa y auto, el kilo  cuatrocientos estaría ahí igualmente. 

Muchas cosas para hablar con la psicóloga esta semana.

Besos a todas y buen martes.