miércoles, 12 de noviembre de 2014

Un instante de belleza que ha durado cinco meses y contando


A veces también me pasa que la sobreexposición a la belleza no me permite disfrutarla (uy, ahora la loca se queja de llena). Pero, posta, me pasa.
Y sobre todo me pasa con mis hijos y hoy, justo hoy, mi niña pequeña, Juanita, cumple cinco meses y mientras estaba esperando que el pediatra nos atendiera para hacerle el control de los cinco meses* la miré. La miré y me regocijé**. Me causó tanto gusto y placer verla tan bella que supe que este debía ser el Instante de belleza semanal que quería compartir.
Juanita es bella, es la belleza cuando deja de ser un sustantivo abstracto y empieza a latir y se sale de los límites de la deficinición y le da un nuevo significado a todo lo que hasta que, hasta que ella llegara, había vivido y entendido como bello. Todo eso pensé mientras la miraba y no podía dejar de hacerlo, ni si quiera tuve el impuso de sacarle una foto para no romper ese instante tan Juanita***.
Igualmente, se las muestro poco, total la belleza no se gasta.




¿Cómo no estar bien cuando la vida te regala tanta belleza?



*En el próximo post: Hablemos de la madre loca que lleva a los niños al control EL MISMO DÍA QUE CUMPLEN MESES/AÑOS no vaya a ser que el pediatra la meta presa.
**El verbo regocijar significa, según la RAE, alegrar, festejar, causar gusto o placer. Todo eso me hacen mis hijos y su belleza, es el témino exacto, pero la palabra me suena tanto a celebración religiosa que casi no la uso.
***Cuando nació Fausto, mi primer hijo, yo establecí una nueva categoría de lo bello: lo Fausto. Después agregué lo Catalina y lo Juanita. Me son muy útiles para describir mi mundo.

También comparte hoy su instante de belleza semanal http://reciclaresrevivir.blogspot.com.ar/2014/11/instante-de-belleza-retroactivo.html

lunes, 10 de noviembre de 2014

Desbarranqué

Literalmente. Hace unos días, subiendo una cuesta en el auto, con todos los hijos que tengo dentro, hice una mala maniobra y estuvimos al filo de caernos por un  barranco. No pasó. Salimos ilesos del susto, al menos físicamente. Sólo el auto sufrió algunos daños, nada grave.
"Déjese desbarrancar", me dijo el psiquiatra días después cuando le conté. Ah sí, porque estoy yendo al psiquiatra. Depresión post parto, episodios de angustia y ansiedad con somatizaciones. Ah sí, porque parí hace cinco meses y ahora soy madre de tres. Un montón. Literalmente.
"Déjese desbarrancar", me repitió mi psiquiatra ante mi cara de incredulidad y mi cero respuesta. Y a eso le siguió una larga explicación sobre cómo era necesario salirse de ese lugar tan autoexigente en el que las madres nos ponemos solitas tratando de mantener el mundo perfecto para nuestra familia mientras el nuestro propio se está yendo a la mierda (no, mi psiquiatra no dijo mierda, pero yo lo entendí perfecto). Y bla bla bla: todo eso que está archi leído, recomendado, posteado, aconsejado, todo eso que te dicen hasta en las propagandas de desodorantes de  ambiente sobre que una madre también es persona y NO PODÉS CON TODO, RELAJÁ, todo eso me dijo el psiquiatra*. Y claro que yo ya lo sabía, pero, como nos enseñó The Nanny, cuando uno paga elevados honorarios para que te lo digan, uno entiende mejor.
Así que acá estoy, madre de una familia numerosa, medio esposa, medio amiga, medio profesora de literatura, medio bloger, medio persona, medio cosa. Todo a la mitad, pero qué se le va a hacer, las medias tintas no son tan malas como una cree, permiten vivir el día a día, ver más de cerca lo que uno tiene cerca, lo bueno, lo no tanto, lo que definitivamente no queremos más en nuestras vidas.
Así que acá estoy, viviendo las cosas como son, disfrutando de lo disfrutable, revolcándome en el infierno del caos doméstico, amando a toda esta gente que vive en esta casa, dejándome amar, compartiendo la vida con otras que también se dejaron desbarrancar** y me hacen los días más fáciles, córtandome el pelo yo solita con resultados rolingas***, tratando de bajar los infinitos kilos que tengo encima, tratando de volver a dar clases, tratando de volver a escribir, tratando.
Tratando de escalar este barranco por el que me dejé ir. No está tan mal después de todo.

*Imagínense a Adolfo Bioy Casares hablando con la voz de Julio Cortázar, ese es mi psiquiatra (¡uy!¡alguién que yo sé se enamoró de su terapeuta!).
**guiño, guiño
***¿Y qué querés? El clonazepan tiene efectos colaterales.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Instante de belleza semanal

Será que siempre me sentí al margen de la belleza.
No sé, como que la belleza no era para mí, no era lo mío.
Y después pasó el tiempo, pasaron las cosas, la vida.
Y aprendí que la belleza estuvo allí siempre, era yo la que estaba mal parada y no la podía ver.
Ni sentir.
Ni disfrutar.
La belleza está en el que la busca, en el que se mueve para verla, en el que la desea.
Y eso es la vida búsqueda, movimiento, deseo.
Mi vida  es bella. Porque yo quiero que así sea.

Hola, acá estamos, otra vez.

http://ysimeparteunrayo.blogspot.com.ar/2014/11/momento-de-belleza-semanal.html
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